Lola Gracia: «La literatura y la música están llenas de grandes folladores»
Lola Gracia brilla, aunque sea mediodía y haya llevado un día de locos, y te quedas escuchándola porque sabes que sus palabras no son lluvia de mayo. Tiene tanto que decir que una entrevista de 40 minutos se queda corta, y los segundos pasan rápidos mientras se habla de literatura, del estado actual del periodismo y de la murcianía que mira con ojos de sospecha. De ella no se puede sospechar, es clara, directa y no se muerde la lengua. En La Verdad de Murcia nos habla del sexo más natural, el que sentimos día a día. Con Tanto Amor nos dejó con una infinidad de versos tocando las heridas con dedos de pianista, como los de su amigo Calderón. Dirigiendo Escritores en su Tinta ha traído a lo más granado de la literatura española y este año nos brinda al desdichado Houellebecq. Pide café y un muffin de arándanos, que despedaza con paciencia de cirujano para encontrar el fruto escondido entre las migas. Mientras, comienza el bombardeo.
Periodista, escritora, directora de una empresa de comunicación creativa, organizas eventos… ¡Estás en todo!
No, en realidad, hago pocas cosas e intento hacerlas bien. Sí que soy multitarea en el sentido de que tengo capacidad para hacerlas todas a la vez. Mi punto fuerte creo que es la comunicación, aunque también me gusta escribir. En el fondo, la persona que es creativa, es creativa en todos los aspectos. No creo que la creatividad se tenga que vincular solo con el arte, también puede serlo un economista, un empresario que intenta salir de un embrollo… La creatividad funciona a todos los niveles.
Esa creatividad se ve mucho en las redes sociales. Como periodista, ¿qué futuro le ves a los medios tradicionales?
Creo que el papel terminará siendo un artículo de lujo, de fin de semana. Creo que nunca desaparecerán las revistas de moda, las que son bonitas, porque ofrecen un plus. No sobrevivirán todos los medios tradicionales, está claro. Será todo mucho más online, pero también está el tema de la publicidad online, que a ver cómo se gestiona, porque esos banners que te inundan la pantalla, que no te dejan ver nada no son cool (como decía Mark Zuckerberg en La Red Social), pero de algo hay que vivir. Estamos en un momento de transición, en todos los aspectos de la industria creativa, que es muy interesante. Internet nos ha revolucionado, y nos hemos acostumbrado a no pagar por nada y creo que las cosas que tienen un valor, hay que pagarlas.
Hablas del cambio de paradigma que ha sido Internet. ¿Entiendes a esa gente/empresas que aún les da miedo entrar en Facebook y Twitter?
Las redes sociales te dan mucha visibilidad si las trabajas bien. No creo que haya medios que tengan miedo, pero sí personas con nombre y apellidos. El otro día hablaba con un profesor de la Universidad de Murcia, que escribe y publica en editoriales importantes, y le decía que tenía que entrar en este mundo, porque también es un punto de venta. Me decía que los alumnos eran muy crueles y que tenía miedo de que se volviera en su contra. No creo que haya que tener miedo. Hay miedo, sobre todo, en personas que tienen más de 50 años, a las que todo esto les ha pillado un poco de sopetón.
Dices que Facebook es una buena plataforma para promocionarse, ¿crees que un escritor debe tener cuenta y, además, tener agregados a editores y a otros escritores para hacerse un hueco?
Lo importante es escribir bien, y que lo que escribas tenga un mercado que esté dispuesto a pagar por lo que tu escribes. Creo que en Facebook la gente lee poco, porque yo siempre cuelgo mis artículos para que entren y los vean, y mucha gente opina sin leer. O a lo mejor solo lee un trozo. Puede ser un escaparate, pero no es un punto básico, o por lo menos no debe serlo. Es un buen sitio para mantener un contacto con tus lectores, como hace Rosa Montero, y le va bien, porque ella es muy natural, muy comprometida, y a la gente le gusta. Si tú gustas por tu forma de ser, Facebook te quiere. ¿De ahí a que sus interactuantes compren sus libros? Pues a lo mejor un 50%.
¿Qué te parecen los nuevos medios que están naciendo, con una mano delante y otra detrás? ¿Es bueno no depender de una línea editorial impuesta?
Estamos en un país en el que todo se está polarizando tanto que ya sabes lo que te va a decir un medio y lo que te va a decir otro. Es aburrido y previsible. Me pasa hasta con los tertulianos de las emisoras de radio, sé lo que van a decir, y es muy triste. Y si España se presupone democrática, aunque estamos aún en vías de demostrarlo, porque pasan cosas inexplicables, debería tener gente más plural. Aquí, o eres A o eres B. ¿Y la gente que hay en el medio? ¿No existe? Creo que son muy necesarios los medios de comunicación para la pluralidad.
Porque, así, es más fácil llegar a la objetividad.
Claro. Entiendo que los medios tradicionales están pasando por momentos muy complicados, en los que es muy difícil vender publicidad. Creo que deberían ser más flexibles, si no los pequeñitos irán comiéndose a los grandes poco a poco.
Los ERE que están asolando los medios de comunicación están tirando hacia fuera el talento, que se están yendo a medios independientes.
Y me parece muy bien. Yo siempre he tenido mucha fe en las personas. Gente como Maruja Torres o Rosa Montero no son políticos, son portavoces de la sociedad, tienen su voz y su peso, son referentes para otras personas, líderes de opinión, faros de luz.
¿Cómo empiezas con Punto G, tu columna en La Verdad?
Se lo propuse a la gente de La Verdad para empezar en verano, les gustó y seguí haciéndolo. No nació con la idea de escribir sobre amor y erotismo, exclusivamente, pero como empezó en verano escogí ese tema. Me di cuenta que esos artículos tenían mucha repercusión, en el aspecto de que sobre política ya escribía mucha gente y durante el resto del año se echan de menos estos temas. A mí, el amor siempre me ha gustado, es un tema sobre el que he leído y analizado mucho, y a la gente le interesa. Lo mismo pasa con el sexo, hay que hablarlo con naturalidad y no pasa nada. Es una parte buena de nuestra vida, y hace falta más gente que escriba sobre sexo y amor sin pudor y sin vergüenza.
Quizás algunas personas se han llevado las manos a la cabeza al leer algún artículo tuyo, aunque no seas muy explícita. Porque creo que sigue existiendo esa doble moral de que podemos ver las crudas imágenes de Siria, pero nos asusta ver una teta…
Claro, mira lo que pasa en Estados Unidos: ver a un tío reventándole la cabeza a otro no es pornográfico, y sí es pornográfico ver un coño abierto (sic). Creo que es más pornográfico lo primero que lo segundo. Lo segundo es natural, es hermoso, y todas las mujeres tenemos uno. A mí, por ejemplo, el lenguaje violento que a veces veo en las redes sociales me incomoda más que el sexo o una película porno. Imagino que va en función de sensibilidades, cultura y educación. Yo quizás me he revelado contra la educación que tuve. En mi casa no se hablaba de sexo, nunca. A mí me vino la regla y no sabía lo que era.
A lo mejor esa doble moral hace que las personas no se muestren como en realidad son.
Creo que el sexo ha dejado de ser un tabú, por lo menos para mucha gente. Pero luego está el sexo como reclamo, el que está por todas partes. Ni una cosa ni la otra. El sexo es algo natural y se podría hablar de la masturbación femenina con naturalidad, porque parece que la masculina es muy obvia, y todos los hombres os masturbáis y nosotras no hacemos nada. ¿Hacemos calceta? (risas). También nos masturbamos, y no pasa nada. Cuando hablas de eso con naturalidad la gente se asusta.
John Waters dice: “Si vas a casa de alguien, y no tiene libros, no te lo folles”
Me parece correctísima. El principal órgano sexual está en el cerebro, y una persona que es inteligente, que ha leído, que ha cultivado su mente, por norma general suele ser más imaginativa, más creativa a la hora de hacer el amor. Y eso es importante, porque si no, hacer el amor puede ser como hacer una tabla de Pilates. Tiene que tener esa cosa picantona, y eso lo da la literatura. Bueno, la música y la literatura están llenas de grandes folladores, como Nabokov o Hemingway. La creatividad da eso.
Y hablando de creatividad, ¿qué me dices de Lola G Comunicación Creativa?
Me quedé en el paro en el 2009, por una serie de circunstancias que no tienen que ver ni con mi profesionalidad, ni con mi forma de trabajar, y en aquel momento empecé a pensar qué podía hacer. Poco a poco fui buscándome la vida, y creé el evento de Café Salzillo, de las niñas vestidas de Audrey Hepburn. Vi que la gente tenía ganas de hacer cosas, y fue ahí cuando me lo planteé. He ido paso a paso, cuando he visto que no hay mercado me he quedado quieta, y cuando he visto que sí había, me he movido. Estoy muy contenta, llevando muy poco tiempo ya tengo un par de clientes buenos, un patrocinador… La cosa es no rendirse nunca, si no sale por un lado, saldrá por otro.
¿Qué planes tienes con Lola G?
Mi plan es hacer pocas cosas, pero muy bien hechas. Que mis clientes estén contentos y satisfechos, darles un trato personalizado. No entiendo lo de llevar a la vez 15 marcas, creo que la comunicación corporativa es algo muy serio, en la que hay que mantener una relación muy estrecha con el cliente. Es imposible tener 10 clientes y que trates igual de estrechamente a los 10.
Que escribas poesía y narrativa, ¿es consecuencia natural de ser periodista?
No, empecé a escribir antes. Como le pasa a los escritores, a los auténticos escritores, que son unos desgraciados, empecé a escribir porque no estaba conforme con mi vida. Algunos empiezan a escribir porque les pasa algo y descubren la literatura para contarlo, como le pasó a María Dueñas. Yo empiezo con 12 años, que aunque no tuve una infancia traumática, no era una niña feliz.
Como decía Pessoa, “ser poeta no es una ambición mía, sino mi manera de estar solo”. El escritor tiene esa necesidad de soledad…
Bueno, para Pessoa era eso, pero para otra gente, como Auster, es una manera de romper el aislamiento. Con el tiempo, estos escritores han descubierto que hay personas como ellos, que se sienten igual. Esa complicidad que se genera entre escritor y lector, estando a kilómetros de distancia, sin conocerse, me parece mágica.
Antes hablabas de María Dueñas. ¿Qué piensas cuando la gente solo valora sus libros como comerciales?
Ser una autora comercial no tiene nada de malo. Ella vendió un millón de copias de El tiempo entre costuras, eso es un millón de euros. Ahora, si no quiere dedicarse a ser comercial, puede hacerlo. Creo que María escribe muy bien, y no es tan fácil hacerlo. Stephen King es un autor comercial, que tiene genialidades y luego tiene novelas peores. En España somos muy acomplejados, un autor que vende ya es un autor maldito y jamás dará una clase magistral en una universidad, porque la universidad está llena de escritores frustrados, que además no escriben, y a los que escriben solo les leen sus amigos. Tenemos que tener menos complejos, hay autores comerciales mucho peores que María Dueñas, como la autora de Cincuenta Sombras de Grey. Es un libro que está muy mal escrito. Somos un país machista, en el que no pasa nada porque Pérez Reverte sea comercial, pero si es María Dueñas, sí.
¿Crees que está sobrevalorado Pérez Reverte?
Sí, además, me parece que es un demagogo. Es como Revilla, son demagogos profesionales, viven de ello. Desde tu poltrona de autor superventas puedes indignarte y llamar cabrón a quien te de la gana porque no te va a pasar nada, porque no corres ningún peligro.
Diriges Escritores en su tinta, ¿qué nos vamos a encontrar en la edición de este año?
Este año traemos a Michel Houellebecq. Creo que es uno de esos escritores de verdad, de los que se dejan los huevos en cada pagina.
También trabajas en radio. ¿Qué tiene la radio que todos los periodistas estamos enamorados de ella?
No sé, yo es que he sido una gran oyente, desde siempre. Recuerdo la radio desde que era un bebé. En la radio, los oyentes son mucho más fieles y a mí me ha pasado así. Soy oyente de Julia Otero desde hace 20 años.
¿Qué te parece la escena cultural murciana?
En Murcia hay mucho talento, pero a los artistas se les trata fatal aquí. Por ejemplo, hay una persona a la que yo quiero mucho, que es Dora Catarineu, que es pura genialidad como persona y como artista, y no está nada valorada. ¿Por qué? Porque aquí, si no eres de la sintonía del color político reinante, y aquí el reinante es reinante desde tiempo inmemoriales, no tienes nada que hacer. Se sigue vinculando la política a la cultura, y me parece un error. Creo que también hace falta un AVE, para que los artistas murcianos puedan ir y volver en un día. Siempre reivindico la importancia de las comunicaciones, y es que estar a cuatro horas de Madrid no es lo mismo que estar a una hora y media.
¿Contamos con poca iniciativa privada?
Sí, es muy escasa. Los empresarios de Murcia que tienen dinero, y hay algunos que tienen mucho, deberían ver que invertir en cultura es algo positivo: les da visibilidad, buena imagen… Lo que pasa es que tenemos una filosofía reinante que no comparte eso. En España existe el problema de que no hay una buen Ley de mecenazgo. Si la hubiera, seguro que las empresas se mojarían con el arte y la cultura. En Estados Unidos todo está subvencionado, hasta una fiesta benéfica. No puede ser que todo parta de lo público. Creo que vivimos en una sociedad que todavía necesita ser tutelada por el Estado, y hay que acabar con eso.
Para terminar, buscando por Internet, leí que varios de tus seguidores te tenían como una MILF, ¿qué te parece?
Genial. No me parece machista, porque yo veo hombres por la calle y me gustan. No lo veo despectivo, es bonito.
Entrevista: David Cano Gea
Fotografía: Lola Salinas
Lugar: Piccadilly Coffee, Ronda Norte, Murcia
