Claudia Orellana (Son Buenos): «Big Up es ingenio, creatividad, y dar lo mejor de uno mismo en veinte minutos»
El año pasado fue la primera edición de un festival diferente en la ciudad de Murcia, el BigUp! Calle: seis grupos murcianos se enfrentaban a público y críticos nacionales simultáneamente y por partida doble. La ciudad acompañaba a los músicos regalando los mejores escenarios urbanos a cambio de no sonorizar sus instrumentos. Parecería que han pasado cinco años si siguiéramos la trayectoria que posteriormente ha tenido cada uno de los grupos que participaron en el evento. Al frente de este escaparate musical se encuentran Son Buenos, agencia de management comandada por Claudia Orellana y Tonny Serrano. Ahí supimos de la existencia de su oficina, posteriormente fueron llegando a nosotros Audio’s Pain, Carlos Vudú y Nunatak y, siempre nos encontrábamos con Claudia y con Tonny dirigiendo estos magníficos proyectos, dos figuras a la sombra específicamente posicionados detrás de esos grupos murcianos que tanto nos han hecho disfrutar en nuestro primer año de existencia. Ese empeño por dinamizar y profesionalizar la escena regional, esas ganas por demostrar que la música puede ser rentable, que una industria musical con marca Murcia es posible, y la cercanía al BigUp Calle 2014, hace que nos reunamos con Claudia en el Real Casino de Murcia para que analice la escena musical murciana de hoy, de ayer y de mañana. Patrimonio musical y arquitectónico de la mano. Silencio interrumpido por flashes. Encendemos la grabadora y el metrónomo de la conversación, que sea lo que Claudia quiera. Ella es hoy la artista principal.
¿Qué es Son Buenos?
Son Buenos es la marca asociada al Instituto de Expresión Artística del Sudeste, una marca que representa a una oficina que trabaja con grupos de música: es management, es sello discográfico, es editorial… Coordinamos proyectos musicales, los que podemos, de momento cinco.
¿Cómo se despierta ese gusanillo musical? Eres licenciada en Bellas Artes, y de repente comienzas con Achorock…
Soy profesora de Educación Plástica, de Dibujo y de Imagen en un colegio y, bien mayor, comencé organizando conciertos benéficos para un proyecto en Ecuador, ahí conocí a Santi Campillo, y empecé a trabajar con él. Conocí a Doctor Sapo, vi la situación complicada que tenía y me di cuenta lo difícil que era todo esto, y echando una mano entró el gusanillo y comencé a organizar conciertos, trabajar con músicos.
¿De qué año estamos hablando?
De 2006, más o menos. También tuve una época de episodios de insomnio que venían muy bien para dedicarme por la noche a buscar teloneros por toda España y hacer conexiones de grupos con productores.
Y entonces, conoces a Tonny Serrano y montáis Son Buenos
No, Tonny viene después. Yo lo conocía de Cartagena, y él sabía muchísimo de discográficas, del mundo del disco. Llevaba mucho tiempo dentro de la música, como manager, organizando cosas… Y siempre que tenía dudas, cuando yo trabajaba con Analogic, o con otro grupo, estaba llamando a Tonny. Un buen día, decidimos que teníamos que asociarnos y montar una oficina.
Por otro lado, Tonny se dedicaba a asesorar a jóvenes de la música, altruistamente, en la Concejalía de Juventud de Cartagena: si era necesario estar en SGAE, cómo podían facturar, como sacar un disco… Yo, por mail, por Facebook, también ayudaba a algunos por aquí. Decidimos que era necesario hacer algo para profesionalizar a los músicos de la Región; nos dimos cuenta de que había muchísimo talento, muchos músicos, pero no había infraestructuras, oficinas, y queríamos que estos músicos que se autogestionaban supieran hacerlo profesionalmente.
Antes de aparecer vosotros, ¿quién cuidaba de las bandas regionales?
(Claudia se ríe). Bueno, aquí hay una tradición de grupos muy grande, y de bandas que se han cuidado solas y lo han hecho muy bien. El problema es que se quedaban dentro de la Región. Tenemos una oficina como es Darlalata, que es muy competitiva a nivel nacional, y gente como Rafa Gómez, de Silbato Producciones, que lleva mucho tiempo trabajando con grupos. Hay muchísimos managers que han llevado a grupos de la Región, como Jaime Gray.
En los últimos tiempos, quizás, había una demanda más alta de talento, muchos más grupos, que con las redes sociales estaban funcionando solos, pero que era complicado que salieran del circuito regional. Ahora es muy fácil sacar un disco, es fácil buscar sitios donde tocar, pero es complicado ir más allá.
Cuéntanos: ¿qué es el Big Up!?
El Big Up!, nace por esa necesidad de dar infraestructura a los músicos para autogestionarse, por lo que creamos un congreso para músicos, el primero que hay en España solo para músicos. Hay de programadores, de oficinas, de industria, pero no uno solo para músicos en el que se hable de autogestión, donde los músicos pueden aprender. Este año, por ejemplo, traemos a una persona para que hable de las dolencias musculares de los músicos. Hablamos de cómo sacar un disco…
Claro, porque al final un grupo es una empresa…
Sí, es una empresa y una marca, y como tal debe funcionar. Llevamos dos ediciones del Congreso, con una respuesta de ochenta músicos. Los músicos decían: hemos hecho un disco, estamos en las redes, nos hemos regularizado profesionalmente (podemos cobrar), pero ¿cómo hago para ir a festivales o tocar?. Entonces, surge la idea del Big Up! Calle, gracias a Pedro Alberto Cruz. Todos los grupos no cabían, pero sí podíamos hacer una selección de proyectos y que la industria musical viniera a Murcia y los conociera.
El lema del Congreso es ‘Innovación en el oficio del músico’. ¿Es posible vivir de la música en Murcia?
Hay muchos músicos que viven de la música, ahí tienes a Santi Campillo. Hay muchos músicos en Murcia que malviven, pero viven. Ser músico no es solo llenar estadios y tener mucho éxito. Si uno sabe las herramientas que tiene, sabe utilizar sus derechos de autor, sabe cómo gestionar ese proyecto (no solo tocando), sí se puede vivir de la música, como en cualquier oficio. Lógicamente, uno es mejor y otro peor. Pero con mucha suerte y mucho trabajo, se puede.
¿Es viable la creación y distribución musical con un IVA al 21%?
No, nada viable. De hecho, repercute en muchas más cosas de lo que la gente cree. No solamente es que los programadores de eventos tienen dificultades, porque una entrada no vale lo que vale, hay que descontarle el IVA, el 10% de SGAE, seguros… Al final, lo que es el caché del grupo no es una parte importante de la entrada. En el resto de Europa, creo, y no me hagas mucho caso, que nos sigue con el 13% Portugal… Hace que las grandes giras no vengan por aquí, es lógico. No solo repercute en la música, sino en toda la cultura, por lo que hace que no tengamos un turismo cultural apropiado. ¿Qué pasa? Que la gente se tiene que ir a un turismo mucho más barato, con menos contenido. Por otro lado, con la crisis, se está potenciando mucho la creatividad.
Viendo el panorama de bandas de la Región, antes hablabas de que se apuntaron al Congreso BigUp! ochenta personas… ¿Hay público en Murcia para tanta oferta?
Es la pregunta del millón, porque ya no es la cantidad de músicos que hay, sino también la cantidad de salas; tenemos una infraestructura de salas en la Región que ya quisieran muchas regiones de España. La calidad y el número de salas es muy grande. No sé si hay suficiente público para llenar todas las salas, pero están funcionando, hay público de directo en la Región. Y cuando vas fuera, mucha gente se queja de que su público no es de los que le gusta el directo.
Me interesa mucho, hablando del Big Up! Calle, esa unión entre público, músicos, críticos y expertos de la industria musical.
El año pasado fue una sorpresa, incluso para los que lo organizábamos. Buscar unas localizaciones especiales (por el simple hecho de que los grupos tenían que salir en acústico, sin sonorización, con lo complicado que es que se escuchara) se convirtió en algo muy divertido, porque la gente iba en procesión siguiendo a unos grupos que tocaban veinte minutos, cada veinte minutos. Los expertos, encantados. Muchos no habían visitado Murcia, y les pareció alucinante.
Tengo que decirte que el ideólogo del Big Up! Calle fue Pedro Alberto Cruz, y no me parece justo no decirlo. Cuando acabó el Congreso y vimos el éxito que tuvo, fue él el que dijo: “¿Y por qué no sacamos los músicos a la calle?”.
Al ser cien por cien acústico, ¿no limita a otros estilos musicales?
Sí, tengo que decir que es así, pero lo que pasa es que también potencia la creatividad de los grupos. Lógicamente, la electrónica no puede entrar. A los expertos que vienen se les ha mandado información de las bandas, con los audios, por lo que ellos saben cómo tocan en eléctrico. Este año, la creatividad es totalmente libre, mientras no se enchufen a la red pública, pueden hacer lo que quieran. Ya están buscando sus decorados, cómo llamar la atención. Creo que escuchar a un artista a pelo, es como más se valora a ese artista. Big Up calle! es ingenio, creatividad, y dar lo mejor de uno en veinte minutos.
Segunda edición: más grupos, más difusión, ¿y el mismo nivel que el año pasado?
Creo que hay más nivel. El año pasado se apuntaron cincuenta y cuatro bandas y muchas no sabían lo que era y teníamos orquestas, grupos que por su formato no tenían cabida. Este año, las treinta y cuatro que se han apuntado, sabían a dónde iban, y ha sido muy difícil. De esas treinta y cuatro, había veinte muy buenas, y me da mucha pena que tuvieran que ser solo seis. Las votaciones han sido muy reñidas, se han quedado fuera grupos muy válidos.
El año pasado explotaron Nunatak y Crudo Pimento. Adios Nicole ha teloneado a Vetusta Morla, y Karenin ganó el concurso del SOS 4.8 y está grabando un disco. ¿Participar en el Big Up! Calle es el comienzo hacia el éxito?
¡Me encantaría! Lo que está claro, es que te van a venir a ver cinco o seis personas de las que te tienen que ver, y luego está el boca a boca, y en los circuitos musicales se comenta que han visto a tal o cual grupo. El año pasado, Julio Ródenas vio a Crudo Pimento, y poco después salió un reportaje en la Rolling Stone. Creo que algo sirve, 4 estuvieron en el SOS 4.8, 2 en el Sonorama Ribera…
Háblame de las bandas que vienen este año:
Superocho_
Ha sido una sorpresa, es un grupo que lleva mucho tiempo pero que solo tienen un disco. De repente, han cogido a una chica que canta y han cambiado el formato.
Roi Nu:
Es Pablo, del grupo Mäez. Tiene esa voz tan especial que se paran hasta los pajaritos cuando canta. Crea ese clima tan espectacular… Como se provoca un silencio cuando Pablo canta, estoy convencida de que esta vez también lo va a conseguir.
Bosco:
Además de que es pura energía, es un conjunto de mil cosas: escenografía, teatro, los registros de voz de David, y esas canciones tan especiales. Yo, estoy esperando qué van a hacer, porque pueden hace cualquier cosa.
Clara Plath:
Es hipnótica, cuando sube al escenario, solo hay ojos para Clara. Es una propuesta bastante original. Ellos se han autogestionado fenomenalmente, han hecho un videoclip muy chulo, y Julio Ruiz los quiere y valora muchísimo.
El bueno, el feo y el Mena:
Fueron número 3 de los Demoscópicos de Mondo Sonoro. Es una propuesta genial, son muy buenos músicos y creo que en este formato van a estar estupendos.
Bantastic Fand:
Han sido, personalmente, un pedazo de sorpresa. Cuando se inscribieron, pensé: “¿este señor del folk americano dónde estaba?”. No pensaba que tuviéramos en Murcia una persona con esa clase y que cantara con ese estilo.
Es muy curioso, pero los vídeos que presentaron las seis bandas, las canciones son en inglés.
Este año también aumenta el número de expertos, en lo que llamáis scouting. ¿Puede ser importante para una banda emergente entender más la industria que ser buen músico?
Creo que hay un poco de todo, hay que entender la industria pero hay que respaldarlo con algo, como en toda profesión. Hay que enterarse de todo, hay que leer los contratos y asesorarse bien.
¿Hay algún grupo entre los no seleccionados que os hubiera encantado que estuviera?
Muchísimos, no me puedo mojar porque me dejaría alguno en el tintero. Pero cualquiera de los que se quedaron muy cerquita, como The Purple Elephants, Maniobra de Q o como Alex Tired, The Lawyers… Cualquiera de ellos podría haber estado ahí.
El abanico de estilos musicales en los últimos años en la Región ha crecido claramente. Hace 10 años se hablaba de una Murcia con un foco de cantautores, de blues, mucho rock; y actualmente, como bandas de todo tipo. ¿Cómo no se había abierto esto antes?
Creo que es un fenómeno que también ha pasado en el resto de España. Las redes sociales hacen que la música llegue más lejos, a más gente, y que se puedan escuchar muchas más cosas de las que te da la radiofórmula. Otro fenómeno muy importante es que los medios regionales ayudan mucho a nuestra música. Creo que pasará en todas partes, pero aquí han apoyado mucho a la música, y en los últimos tiempos, más. Hay una nueva terna de blogueros y de periodistas musicales que están al quite de todo lo que sale, que van a todos los conciertos, que fotografían todo… Esto ha supuesto que otros estilos que ya existían, salieran a la luz. Además, es una generación joven que a mí me tienen encantada porque tienen la capacidad del asombro.
¿Qué le falta a Murcia musicalmente?
Le falta oficinas, infraestructuras. Desde las instituciones, ayudas, por ejemplo, con locales de ensayo, con asesoramiento… Pero no solo en el ámbito musical. Falta gente que quiere trabajar coordinando proyectos. Me gustaría hacer un Congreso Big Up! para managers, que quieran trabajar así. Público hay, quizás concienciar a que la gente a que valore más el directo, y luego que al músico se le valore en otros ámbitos. En una sala, el dueño paga a los camareros, pero hay veces que le dice a los músicos: “si queréis tocar, tocad”. No está valorado el trabajo que hay detrás.
¿Cuál es la opinión de Son Buenos acerca del boom festivalero existente en el ámbito nacional?
Hay muchos festivales, pero los grandes se han convertido en una especie de mainstream que, antes, no existía: para la gente joven que le gusta la música, a la que yo llamo ‘generación festival’, esa gente de los 18 a los 25 años que ahorra para ir al festival antes que para comprar discos… Realmente, los que les gusta es la experiencia del festival, que es lo que motiva ahora. Muchos, no saben ni quién toca. Si un festival consigue tener un alma suficiente para crear una fidelización de gente que compre abonos antes, incluso, de que se sepa el cartel, es la prueba de que existe esa generación.
Los carteles se repiten porque, ese cabeza de cartel que lanzan, es el que vende entradas, y mucha gente no se quiere pillar las manos. Yo agradezco festivales como Sonorama Ribera, como el SOS 4.8 o como el Lemon Pop, que se arriesgan a abrir a nuevos grupos.
Hablando del SOS 4.8, ¿tiene poca representación murciana?
Va mejorando. Sí tiene, pero en porcentaje con otros festivales… El problema no es ese, tampoco hay que ser tan provincianos. Creo que es un problema de dinero. En Cataluña, la Generalitat patrocina ciertos festivales y tiene que tener un porcentaje de grupos de la escena local. Si aquí en Murcia existe un dinero institucional o como quieras llamarlo, lógicamente se entiende que tiene que haber un apoyo de la escena local. Y no solo eso, sino también de empresas, ya que genera riqueza. El impacto local del SOS 4.8, en un fin de semana, es brutal. Si el número de empresas murcianas, que últimamente está mejorando, y el número de grupos se unen, el impacto irá mejorando.
Hablando de Son Buenos, ¿qué tiene que tener un grupo para fichar por vosotros?
(Claudia piensa la respuesta). ¡Puff! Es una pregunta muy complicada. Cuando nos asociamos Tonny y yo, yo tenía a Doctor Sapo y a Carlos Vudú. Tonny, a Audio’s Pain. Estas eran las bandas con las que nos habíamos quedado tras varias vicisitudes. Una vez que nos juntamos, pensamos que nos faltaba una banda más, y vino Nunatak. Nosotros trabajamos de una manera muy personal con los grupos, coordinamos un proyecto musical, no buscamos conciertos y nos llevamos una comisión; eso no es management. Hacemos un calendario de acciones, vemos cómo hacer la promoción, cómo vamos a sacar el disco, de qué manera se va a presentar… Hacer un concepto de marca. Lógicamente, no podemos abarcar más, de momento somos dos personas. Realmente, hacemos trabajar mucho a los grupos.
Recientemente habéis publicado el fichaje de Los últimos bañistas. ¿Son vuestra apuesta nacional para el 2015?
Es una pedazo de banda, que conocen mucho por ahí fuera. La verdad es que sí, tienen un discazo. Tres de los integrantes de Nunatak, también lo son de Los últimos bañistas. Es más fácil coordinar dos bandas que comparten músicos. Nos habían visto trabajar con Nunatak, vieron que podían estar cómodos y que podía funcionar. A mí me tiene que ilusionar el proyecto para darlo todo.
¿Y Those?
Tuvieron un primer disco genial, que se quedó arrinconado. Nos pidieron sacarlo y nos pareció una propuesta interesante, muy en la línea de lo que queremos. Hemos sacado la edición digital y espero que pronto puedan tocar.
Háblanos un poco de Doctor Sapo.
Está en sus conciertos para niños y con alguna sorpresa, que aún no se puede desvelar. Es, no digo músico, pero sí el mayor artista con el que he trabajado, es un animal de escenario. Miguel lleva mucho trabajado, ha sacado cuatro discos, uno para niños, ha estado en la lista de Cadena 100… Pero tuvo muchos problemas con una oficina y yo le ayudé para salir de ahí. Siempre ha funcionado como un grupo grande y de él he aprendido muchísimo. Ahora produce a grupos en Guadalajara, tiene sus conciertos de niños, muy contento con su huerto… Es una persona muy especial, está muy feliz.
La experiencia con Nunatak, Carlos Vudú y Audio’s Pain, por lo que vemos, no ha podido ser mejor. ¿Hacia dónde van Son Buenos?
Esperemos que hacia el infinito y más allá (risas). Es un camino largo, no existe el llegar y besar el santo. Piensa que Vetusta Morla estuvo diez años, y me contaba su manager que él los conoció en un backstage y que tardó mucho en escuchar el disco. Es un proceso lento, y hoy en día los grupos tienen mucha prisa. Parece que ha cambiado con los festivales, porque el ruido es muy inmediato, pero asentarse es complicado. Y luego que el ámbito emergente del indie engaña mucho, un día están arriba y otro, bajan. El truco está en aguantar, lo tengo comprobado. El que es bueno y lo aguanta, puede conseguirlo.
¿Volveréis con Audio’s Pain a China?
Ha habido una oferta, para ir en octubre, pero al final no ha podido ser. Ellos han ido tres veces y yo espero que haya una cuarta. Audio’s Pain ha conseguido algo que ahora están consiguiendo muchos grupos en España. Es algo que hay que valorarle a Tonny, esa creatividad tan inmensa, esa cabecita que no para de pensar: vio que los circuitos españoles les costaba y dijo, “Me los llevo a China”. Tonny, su cabeza, no parará nunca.
Nunatak es la sorpresa del año: gente muy joven, muy creativa y que hacen un folk que no se hace mucho en España
Hacen un folk, con la etiqueta de indie… Hacen la música que les gusta. Adrián White lo tiene muy claro y tiene ese compromiso con la naturaleza, con la música limpia, sin trampa ni cartón. Disfrutan mucho tocando, y su música llega de inmediato. Además, son muy positivos, y eso se agradece entre tanta pena. Tienen ese concepto de ecología, de valores… Son unas personas estupendas y muy trabajadoras.
¿Con qué otros artistas (no músicos) trabajáis o pensáis trabajar?
Nuestro camino como Instituto de Expresión Artística del Sudeste es trabajar en varios campos artísticos. El problema, es que somos dos y vamos poco a poco. Hemos empezado a jugar arte y música. Kraser es nuestro tercer socio, y a mí me parece que lo que hace es increíble. Está muy acostumbrado a los festivales de street art, conoce a los mejores, ahora está trabajando en el formato más pequeño, en galerías. Creo que su estilo no sabría definirlo, pero es una especie de surrealismo poético del siglo XXI, porque tiene mucho mundo interior y mucho significado.
Esperamos trabajar más con el mundo del arte. Tenemos una galería online de arte que se llama Enim Artist, donde tenemos exposiciones temporales de artistas, donde se puede ver y comprar arte.
Entrevista: Ramón Gómez
Fotografía: Diego Garnés
Lugar: Biblioteca del Real Casino de Murcia
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