Carlos Santos: “Para mi, actuar en Murcia es mucho más bonito que en cualquier otro sitio”
Se nos coló en casa en 2005 detrás de unas enormes gafas como el agente José Luis Povedilla, un personaje que le lanzó a la fama y del que no le dejamos desprenderse del todo. Hace dos años se dejó crecer un pequeño bigote para dar vida a Félix Aranda, el vecino y cómplice de Sira Quiroga en el éxito televisivo de la temporada, El tiempo entre costuras. Ahora cambia el Tetuán de finales de los ’30 por un cabaret en pleno centro de Madrid. Carlos Santos nos hace un hueco en su apretada agenda y hablamos con él entre miradas curiosas y alguna que otra foto.
¿Cómo estás viviendo el éxito de El tiempo entre costuras?
Después de dos años de espera para que se emitiera la serie con mucha ilusión y mucho orgullo del resultado, de cómo la gente ha respondido. Tenemos cinco millones de espectadores aproximadamente cada lunes, que es una barbaridad para una privada. Estamos muy contentos de que el trabajo que se hizo se vea y esté tan bien recompensado.
Vimos algunas imágenes de tu casting para la serie, ¿cómo lo preparaste?
Siendo un personaje tan alejado de mí intenté acercarme lo máximo posible físicamente a la idea que yo tenía, porque cuando el personaje es tan diferente de ti necesitas ir a la prueba un poco más compuesto. Me lleve una bata horrible que tenía por ahí, fui como si estuviera en mi casa, una bata, unas zapatillas, me puse un anillo…para que de entrada ellos vieran la idea que yo tenía de Félix.
Interviniste también en el proceso de creación del vestuario de Félix.
Cuando tienes la primera reunión con la gente de vestuario, con Bina Daigeler, que era la jefa, siempre intentas poner cosas en común entre tu visión y la de ella, para que sea como tú ves al personaje y que no lo vistan de manera que digas: “No me lo imagino así, si me vistes así voy a construirlo por otro lado” y la idea que tenía Bina era muy parecida. Me escuchó, la escuché y el resultado es algo muy cercano a lo que pensábamos.
¿Ha dejado la gente de llamarte Povedilla para llamarte Félix?
¡Pues alguno! Parecía que nunca iba a ocurrir pero ya oigo por ahí: “el del Tiempo entre costuras, Félix, el vecino”. Es curioso después de tantos años escuchando “¡Povedilla, Povedilla!”…ahora, ya te digo que Povedilla me lo siguen llamando y mucho.
¿Qué tenía para que la gente se siga acordando de él?
Por un lado estaba el personaje, pero más allá de él tenemos una serie que estuvo cinco años en pantalla con una legión de fieles muy acérrimos y esto pasa cuando estás tanto tiempo saliendo en una serie con ese nivel de seguidores, con gente que era muy talibán. Hoy aún te dicen: “es una serie de culto, no ha habido otra igual”, los fans de la serie son muy fans. Y luego el personaje, es como con las chicas, si intentas ligar con una chica la tienes que hacer reír, y si haces reír al público enseguida tienes una recompensa.
Empieza el año y lo hace con el estreno de Bienvenidos al Lolita tu último proyecto, ¿de qué trata esta nueva serie?
La serie transcurre en un cabaret, el Lolita, que lo regenta Beatriz Carvajal, donde no solo se hace un espectáculo sino que en la parte de arriba hay un hotel donde vive la compañía. Es un cabaret venido a menos que, por las circunstancias, han tenido que cerrar y están malviviendo como pueden hasta que aparece un socio de provincias, que es Luis Varela, mi tío, y yo. La serie comienza con mi boda frustrada, me dejan plantado en el altar, y entonces mi tío me dice: “vámonos para Madrid”, y compra las acciones del teatro para intentar reflotarlo o para tirarlo, no se sabe muy bien. Y ahí está el choque de esos dos mundos, el provincianismo de los que venimos de fuera a meternos en un mundo que desconocemos y la alegría y las ganas de vivir que transmite la gente del teatro, del cabaret. Vimos el primer capítulo y nos quedamos muy contentos.
Alfredo, tu personaje, es gallego.
Mi tío es de Zaragoza pero yo soy gallego porque…porque sí. Querían que al principio fuera también maño pero para el tipo de personaje, que es muy empático, muy luminoso, que se abre enseguida, propuse a los directores y a los productores que fuera gallego porque me parecía que (habla con acento gallego) hablando en gallego te sale una sonrisa, te sale otra cosa de la cara, esa luz que pedía el personaje. Al principio estaban recelosos pero cuando me vieron hacerlo lo compraron, cosa de la que estoy muy contento.
Has escrito y dirigido tu primer corto, Número 3, ¿de qué trata?
No se puede contar de qué va porque está aún en montaje. Te puedo contar el reparto que he conseguido reunir, donde gran parte del equipo técnico es de Los hombres de Paco y gente de Bienvenidos al Lolita. El protagonista es Paco Tous, está Raúl Arévalo, Mario Casas, Jon González, Antonio Dechent, Estefanía de los Santos…no me puedo quejar. Está en la línea de un thriller o algo así.
Cuando creasteis Soundtrack (grupo de versiones junto a Fran y Jorge Guirao, batería y guitarrista de Second), ¿lo hicísteis como un grupo de amigos o pensando en ser un grupo profesional?
Desde el principio fue un hobby. Yo hacía conciertos en Madrid entre amigos pero llegó un momento en que me aburría de estar yo solo y pensé en Fran y Jorge que están tanto por allí, que van de gira y están acostumbrados a viajar. Se lo propuse y dijeron que sí. Montamos un concierto y ensayamos unas canciones en el tiempo que nos podemos ver, que no es mucho, pero siempre que nos vemos aprovechamos para juntarnos, sacar un tema nuevo e ir actualizando un poco el set list. Ellos tienen su grupo, que bastante tienen con él, y yo mi trabajo, y cuando surge la oportunidad y el hueco ahí lo encajamos.
¿Cómo es cantar Rincón Exquisito delante de Sean Frutos (cantante de Second)?
Maravilloso. Da cosica, pero conozco a Frutos desde hace mucho tiempo y conecto con él musicalmente, hemos mamado la misma música. Es una responsabilidad, la primera vez que la canté hay un video donde se oye a una fan diciendo: “no va a llegar a lo de Frutos”, y después decía: “mira, lo hace bien”. Además tengo el beneplácito de Sean.
En marzo estarás en el Teatro Circo con una nueva obra, La vida resuelta, ¿qué nos puedes contar de ella?
Viene de dos guionistas de televisión y cine, creadores de Aida o Siete Vidas, así que tiene ese punto que conecta con el espectador que buscamos, que es entre los 20 y los 50, que ha crecido con esas series y con ese lenguaje televisivo. Es una obra muy divertida, en el estreno en el Festival de San Javier nos pararon como tres o cuatro veces a aplaudir. Refleja esa generación de entre los 30 y los 40 desencantados con lo que ha sido su vida, con un cierto pesimismo, pero siempre desde el punto de vista del humor.
Cuando ves la obra, te das cuenta de lo fácil que ves la vida cuando aún no has empezado a vivirla intensamente.
La única heroína que hay es Adriana que es la única que no es de esa generación, mientras los demás pasamos de los 30. La idea de los guionistas era esa, que la gente que viene detrás tiene las cosas más claras, aunque a lo mejor el personaje de Adriana cuando llegara a los 30 estaría tan perdida como nosotros, pero parece ser que lo querían mostrar era eso, que con menos experiencia, cuando no te has perdido tanto en el camino y no has tomado tantas decisiones las cosas se ven más claras. Hay momentos en los que le dice a Cristina Alcázar: “chica, no va a volver, ¿no lo has visto?”, y lo dice con una serenidad y una tranquilidad aplastante. Parece que mi personaje puede ser el que mejor transmite esa sensación de desencanto pero al final tiene que haber solo una heroína y es Adriana.
También estás representado El negociador, una obra de microteatro. ¿Qué diferencia hay con el teatro que todos conocemos?
La verdad es que impacta. Cuando estrenamos esta obra el primer día en habitaciones de dos por dos y ves que la gente se te sienta como estamos tú y yo es…uff. Pero enseguida te acostumbras e interacciones con ellos. Es totalmente diferente a esa sensación de poder que te da el escenario, donde manejas y tienes más herramientas, pero ahí estás vendido totalmente y los tienes pegaditos y yo creo que es lo rico que tiene para el espectador, la novedad, no que la obra sea corta, sino que el público esté al nivel del actor, que puedan sentir y notar los esputos de los actores cayéndoles en la cara -risas-
Estuviste con El negociador en Murcia y volverás con La vida resuelta en marzo, ¿actuar aquí es especial?
Es muy especial, es mi tierra, donde di mis primeros pasos como actor, viene mi familia, mis amigos, gente que conozco desde hace muchos años. Para mi es mucho más bonito que ir a otro sitio.
¿Fue difícil coger la maleta e irte a Madrid?
No, luego con el tiempo dices: “anda, que estaba grillao…”, pero con 22 años que tenía ni te lo planteas, yo tenía muy claro que tenía que ser así. Si estás estudiando Arte Dramático y quieres ser actor aquí no hay salidas, hay que intentar trabajar en Madrid o Barcelona a ese nivel, en televisión, en cine y sino te puedes volver y montarte un compañía o ser profesor, hay muchas salidas, pero la primera si estudias esto es porque quieres probar suerte. Y en ese momento no me lo planteé, termine tercero y me fui a Madrid a hacer cuarto sin mucho calentamiento de cabeza. Lo que pensara mi madre ya es diferente, pero yo encantado, a la aventura. Y tuve la suerte de llegar en septiembre del 99 y en octubre de ese año estaba ensayando mi primera obra profesional, tuve mucha suerte y no suele ocurrir.
¿Vienes mucho?
Me gustaría poder venir más porque tengo aquí a mi familia, mi madre, mis hermanos, mis sobrinos, que acabo de tener la cuarta, pero es lo que hay, ya son muchos años en Madrid y ya no te lo planteas, todos entienden como es mi trabajo y no insisten.
Entrevista: Mercedes Zambudio
Fotos: Raúl Alcántara
Lugar: Teatro Circo, Cafetería William
Deja un comentario
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.
Pingback: Carlos Santos: “Para mi, actuar en Murcia es mucho más bonito que en cualquier otro sitio” | Teatrico
Pingback: Daniel Albaladejo: “Que un capítulo de una serie venda 200 entradas de teatro me parece maravilloso, siempre que luego no les defraudes” | Revista Magma