Eduardo Balanza: «Donde no llega la cultura, llega la barbarie»
Eduardo Balanza (Murcia, 1971) Graduado en medios visuales en España, estudió Cine Documental y Guión cinematográfico en la prestigiosa Escuela Internacional de Cine y Televisión de La Habana, Cuba 1992-1993. Fue a los EEUU cursando diferentes talleres en la School of Visual Arts de Nueva York en 1999. Representado desde 2003 por la galería T20, ha estado desarrollando proyectos multidisciplinares tomando la identidad y la música como punto de partida para rodar videos, instalaciones, libros de artista, fotografías y esculturas. Artista en continua evolución.
Ganar el Murcia Joven en 1998, ¿qué supuso en tu carrera artística?
Supuso muchas cosas, fue la oportunidad automática de rodar mucho cine y publicidad fuera de Murcia y España. Me presenté alentado y casi forzado por Miguel Fructuoso, por aquel entonces estaban en el jurado Mara Mira, Avellaneda, recuerdo sus felicitaciones. Superpoblación estaba formada por unos dibujos inspirados en caligrafías chinas. Gracias a esta experiencia pude viajar a Estados Unidos y estudiar durante un año en la School of Visual Arts.
Pasa una década, consigues una en Berlín (Pack Beca), entre tanto desarrollas talleres y cursas estudios en Nueva York. ¿Es aquí verdaderamente donde comienza tu formación como artista?
Empecé a pintar, dibujar y escribir a los 12 años. La gente comienza cuando tiene que hacerlo y lo deja también cuando quiere. Es muy licito dejar de trabajar a una edad. Probablemente, Nueva York supusiera balanzas y presiones en mi carrera. En 1999 era un país distinto, viví en Harlem y en Riverside Drive, entonces era otro momento. Por lo que me han contado ahora es un lugar más africano y no tan afro como antes. Allí hice lo que quise, como tantas veces en mi vida. En la School of Visual Arts recibí cursos de serigrafía, interiores, tridimensionales, porque me interesaba mucho como transformar 2D en 3D, no como escultor, porque nunca lo he sido, pero sí tuve un acercamiento a distintas técnicas. No hablo de video, hablo de cartón y allí surgieron los primeros prototipos que hice de maquetas. Hice un curso fuerte con un arquitecto polaco, un tio muy listo, el Señor Pizarnik y bueno, transformó mi trabajo.
Tienes un currículo ascendente. ¿Has flaqueado en alguna ocasión como artista?
Esa pregunta es complicada, todo el mundo flaquea. Al final hay que hacer pausas, si no hay clientes te quedas sentado.
Identidad, música y guerra marcan la línea de tu obra. ¿Son inspiración?
Digamos que donde no llega la cultura, llega la barbarie. Solo hay que mirar al Este en general, sin llegar a China o a Japón. Está hirviendo con todo lo que está pasando, no voy a entrar en política, pero se nota una clara ausencia de muchos valores. La música, la identidad, la identidad colectiva, los movimientos de grupo son tendencia y lo más interesante ahora mismo es el collage. Guerra, música e identidad son mis temas, al final todo el mundo habla de lo mismo.
Tu forma de reconducir el arte y la fuerza con la que lo haces , ¿tiene algo que ver con que cursaras estudios en el extranjero?
Estudie en Cuba cine y documental, en realidad no me matriculé en ninguna universidad, porque era como hacer la mili, tener una licenciatura equivalía a estar cinco años que no me costaba ningún trabajo físico pero emocionalmente era un precio que tenía que pagar. Si quería formarme, tenía que estudiar y viajar. Nueva York es una ciudad muy dinámica. El Hip Hop no estaba en la decadencia absoluta, como pasa ahora. Me interesó el Bronx, el mundo del graffiti y tuve la suerte de encontrarme a un tipo marroquí con el que todavía tengo contacto; y hace tres días volvió a localizarme, precisamente, hablándome de la ciudad. Es una enciclopedia andante, caminamos por Harlem y me llevó al Bronx contándome la historia del Hip Hop, a veces por esquinas: aquí mataron a no se quien, aquí no se puede entrar, este es el hotel donde se hospedó Fidel Castro durante la cumbre de la ONU… Es un hombre inteligentísimo, me abrió muchas claves de calle y me enseñó cosas que ya no están, porque las ciudades cambian. La gente ha muerto o simplemente se ha ido.
¿Cómo era el poema de Fonollosa?
«Hello, New York.
No hay nada bueno en ti. Por eso te amo».
Si mencionamos el Museo de Arte Contemporáneo Kiasma Helsinki, ¿Qué recuerdos inmediatos te atreves a contarnos?
¿Kiasma? (risas) – Diez bajo cero. Thank you for the music, una buena exposición. La obra está ahí, a lo mejor se quedan la colección de nuevo.
Cuéntanos qué aporta o significa el teatro en tu vida.
He hecho y leído mucho teatro, cosa que a los amigos del teatro les parece increíble. Actualmente estoy con Valle-Inclán, no al completo, porque es extensa su obra, pero sí estoy leyendo bastantes cosas suyas. Ahora estoy tratando un proyecto en Noruega con Sara Serrano, es muy posible que me reinstale en el norte de Europa a lo largo del año que viene. La verdad es que el primer museo de Arte Contemporáneo que me ha abierto una puerta no ha sido en mi país. Muchas veces ha sido Finlandia.
¿Con qué exposición a lo largo de tu carrera te has sentido más realizado?
En La Conservera con Remixes, Arqueología de las pistas de baile por la libertad, y el apoyo real que me dieron Pablo Lag y Pablo Del Val. Ha sido mi exposición más completa. Pablo Lag al final fue el comisario por derecho. Me dejaron hacer con libertad un recorrido dentro de mi obra (dentro de un discurso). Pude hacer escultura, recrear el club, fotografía, la instalación de los vinilos o todas las portadas de los discos… Cosas que yo ni pensaba incluir, pero Pablo me aconsejó montar al tomar las riendas de la parte de arriba. De repente, además de comisario, fue el productor sirviendo de orientador en muchas ocasiones.
Me recuerda mucho a una persona que conocí haciendo un Radiocobra en Guatemala, Emiliano Valdés. Una persona que buceó en mi ser y el taller fue tremendamente interesante, es muy difícil tanto transmitir el conocimiento, como ayudar a que alguien prospere. No te van a decir lo que tienes que hacer, pero sirven como orientadores y es ahí donde los apoyos se hacen reales.
Mi exposición es sin duda La Conservera.
Queremos saber sobre tu participación en La saga sobre Ibsen.
Antes de comenzar quiero matizar que trabajo con una compañía de teatro noruega, y no alemana. No soy un experto, pero lo más puro que he visto en teatro europeo ha sido a noruegos. Vegard Vinge e Ida Müller’s están creando a partir de un clásico, que debemos releer en clave contemporánea porque es extraordinariamente moderno. Habla de feminismo, de suicidio, de clases sociales, habla de dejar atrás el romanticismo, habla de la libertad individual, habla del artista. Vegar e Ida también trabajan el papel y el cartón.
Durante mucho tiempo he desarrollado un proyecto muy loco que se llama La cara B de las pistas de baile, el proyecto sigue vigente y consiste en viajar a ciudades que comienzan con la letra «B»: Benidorm, Belgrado, Bergen, Bruselas… Estando en Bergen con un amigo y compañero de trabajo, fui a ver la obra de esta compañía. La vi tres veces y dura diez horas. Doce horas duró la ultima. Es un proyecto que versiona la obra del arte total, ellos se burlan de eso. Las entradas están vendidas siempre con antelación, hay un numero máximo de espectadores porque no caben más y no hacen giras. Llevan tres años, he trabajado con ellos en dos ocasiones y actualmente he he hecho El enemigo del pueblo, todas ellas obras brutales de Ibsen.
La gente no conoce a Ibsen, la gente no conoce a Valle-Inclán. Leen Luces de Bohemia y Tirano Banderas, que son clásicas, pero las obras de estos dos escritores tiene mucho en común. En Luces de Bohemia, Valle -Inclán cita a Ibsen, por ejemplo. El pueblo va al teatro y ve representadas las tragedias y sus problemas. Mis amigos me preguntan por qué leo tanto teatro, dicen que es aburridísimo. A mi me gusta leerlo. Me gusta más leer teatro que ir a ver las obras.
El teatro es más barato y directo, se están haciendo cosas muy interesantes, no necesita la gran producción del cine, por ejemplo. Hacer teatro es espectacular, pasando incluso seis horas bajo una máscara de cartón.
(N. del R.) Aprovechamos este bloque para hacer un repaso breve de sus obras individuales, colectivas y ferias más significativas, planteamos que jueguey asocie las exposiciones con una palabra o frase que se la recuerde.
Este bloque puede ser peligroso (contesta Eduardo). No sé cómo voy de agilidad mental, pero me atrevo.
Comenzamos con Low Fidellity. Auditorio del Batel. Cartagena. 2014.
La palabra que buscamos es jaleo, porque es una palabra muy bonita y lleva una parte lúdica de cosas que aprendí durante esa exposición.
Answering Machine. Black Box. Oslo. 2004.
Escandinavia y sueldo. Dos horas hablando y una buena producción. Fue un trabajo muy profesional.
Reflexions About the Music. ECCO. Museo de Arte Contemporáneo. Cadiz. 2013.
Solemnidad y consolidación. Fue la primera en un museo de los grandes de España.
PLAYBACK. Galería Valle Ortí. Valencia. 2012.
Lucidez y divertente.
Melodramas. CCE. Guatemala. 2011.
Esta es la de Emiliano Valdés. La definiría como un paso adelante en tranquilidad. Un periodo de calma. También como un periodo de calma. Fue un momento muy curioso porque decidí dejar Alemania y la compañía porque no me pagaban bien. Ellos me ofrecieron un trabajo real, conocer otra parte del mundo y compartir con gente especial. Emiliano, Cristina, Rosita, el equipo de trabajo. Fue un descubrimiento personal muy intenso e interesante. Allí hice los primeros cassetes de cartón.
RadioCobra Sound. Teatro. (2005-2008).
Es teatro, es copiar, es falsificar, es desinformar, es jugar a provocar al público y hacerles participes de tu obra. Todo un reto. El primero fue también en T20.
PANASONIA. Galería T20. Murcia. 2009.
Solidez intelectual. Esta exposición es muy importante en mi vida porque volví de Alemania, probé cosas con Nacho y Carolina que luego llevé a la pantalla. Presenté todo el trabajo elaborado en Alemania durante dos años.
De todas las ferias internacionales en las que has tenido presencia, enumera las más importantes.
Internacionales me quedo con tres: MACO. Mexico, (es especial porque allí tengo familia y asistieron a la presentación. Desde 2006 no he vuelto), París Foto y Basilea. Nacionales, sin duda, las mejores experiencias han sido en ARCO.
¿Cuéntanos sobre las becas y premios que has conseguido?
Vamos a comenzar por el final, me acaban de dar la beca ART-EX, promovida por la Agencia Española para la Cooperación Internacional y el Desarrollo (AECID). Me presenté y pasé la entrevista el verano pasado. La beca de investigación en Berlín, PAC BECA en 2008, también estuvo muy bien.
Durante mi residencia en Praga tuve una fase humana importante. Allí se estrenaban cosas diferentes todos los días. Es una ciudad bastante rara, teatral, intelectual y sofisticada en la que me divertí, escribí y conocí gente que automáticamente me abrió las puertas. Mi investigación se basaba en el night club, el cabaret y descubrí todo tipo de lugares. Fue un buen momento, una residencia intensa e interesante.
¿Qué te impulsa a viajar y establecer residencia en dos ciudades tan distintas como Murcia y Berlín?
Berlín en lo artístico ha tenido momentos muy buenos. Realmente, Murcia, del 2008 al 2011, también ha tenido momentos muy intensos con todo lo que se pueda decir en favor y en contra. Por el Centro Párraga han pasado exposiciones y trabajos de numerosos artistas que se atrevían innovando y aportaban frescura en lo cultural a la ciudad. Berlín es un sitio donde no quiero volver a vivir, no es lo que era en 2003. Ha cambiado para mal. Está viviendo el mismo proceso que Madrid o Barcelona. Arrancó más abajo. Antes podías alquilar un sitio por mil euros (un edificio entero, un banco…), era una ciudad sin ley, la época gloriosa del tecno, los clubes, todo era barato. Nada que ver con la realidad actual. Está desapareciendo de una manera silenciosa y llega a dar miedo.
Viajar alimenta, las becas me permitieron movilidad. Ahora mismo nos encontramos en un contexto mucho más complejo. Personalmente vivo un momento más complicado que hace siete años, aun así, sigo trabajando. Murcia, Berlín y otras ciudades europeas se han complementado a la perfección con mi vida y proyectos.
Últimamente hablamos mucho de los artistas multidisciplinares. ¿Te consideras uno de ellos?
Hay que explorar, habrá gente que no lo necesita pero me pregunto donde queda su curiosidad. Es una palabra fea y me recuerda a multiforme. Cierto es que estudié fotografía, serigrafía, 3D, trabajé en cine, en moda como fotógrafo, publicidad y campañas, teatro… Lo multidisciplinar supone actitud e inquietud creativa.
¿Qué estilos musicales te han acompañado en el proceso creativo?.
Le pego a todo tipo de música, desde la clásica, que he tenido el gusto de ver en directo con la Filarmónica de Berlín, hasta programas de radio con amplios contenidos musicales. Ahora parece que la gente tiene que escuchar música en la calle. Son modas, tendencias. Hace unos meses, Felix Ervio (Bar Ocio-Murcia) en redes sociales, me preguntó treinta canciones y ensalzó un dilema, porque me gustan muchísimas más. Me interesa el flamenco, los cantautores como Silvio Rodríguez o Joan Manuel Serrat, bandas como Radio Futura. También escucho Jazz y tengo vinilos que son una maravilla.
Si hablamos de música se me vienen a la cabeza cosas como los cassetes, bailes en grupo, en parejas… La pista de baile es arqueología y puedes observar millones de conductas. La música es un arte mayor. Es una correa transmisora y cambiará rápidamente. Como la sociedad va a dar un giro, explosionara a su encuentro.
¿Eres un contemporáneo?
Sí, hay que ser absolutamente moderno, pero no en el sentido superficial de la palabra. Lo veo más en el sentido social, y se me ocurre decir, por ejemplo, que las emisoras de radio han muerto, ya no hay buenas. La radio ya es Internet e incluso vosotros en Revista Magma os habréis tenido que adaptar al momento en que vivimos.
¿Hay algún artista más en tu familia?
Mi madre estudió piano, no ejerció porque tuvo seis hijos pero oía permanentemente Radio 2. Tengo el piano asociado a la infancia y sobre todo a los desayunos en casa. Mis hermanas me adoraban, han sido muy importantes. Como era el pequeño me dieron mucho. Siempre hablo de ellas porque me abrieron mentalmente muchas puertas respecto a política, filosofía, cultura y literatura. Con ellas descubría vida. Los hermanos se desarrollan por oposición y por tiempo. Mi padre hacía Jazz y compraba Jazz, de ahí que tenga la colección de la que he hablado anteriormente. También tengo dos sobrinas maravillosas y brutales con las que intento pasar el máximo tiempo posible cuando estoy en Murcia.
En el ámbito profesional, ¿quieres nombrar a alguien que haya marcado tu trayectoria?
Son muchas las personas que siguen mis trabajos, me cuidan o me han marcado durante mis proyectos. Quiero nombrar como fundamental en mi carrera profesional a Carolina Parra, Directora de la galería de Arte Contemporáneo T20. Ha hecho mucho por mi y la ayuda que me ha prestado durante las exposiciones ha sido esencial. Primera, segunda, tercera y las que están por venir. Mi encuentro con ella fue acertado desde el comienzo. Muchas gracias, Carolina.
Para terminar la entrevista, nos gustaría que, para la sección de arte, propusieras al próximo entrevistado.
Tengo dos en mente, pero voy a proponer a Miguel Fructuoso, que está en un momento interesante, ha vuelto a trabajar, está pintando y tiene estudio nuevo. Tengo que decir que me ha gustado mucho el sitio que habéis elegido. Estamos en la mesa del Restaurante Guerra y Paz y a la vez, visionando unos baños árabes del siglo XII. Impresionante y sin cobertura, una genialidad. Gracias Revista Magma, contáis conmigo para que necesitéis y suerte en todo.
Entrevista: Maria del Mar Madrid
Fotografía: Diego Garnés
Lugar: Restaurante Guerra y Paz, (calle San Lorenzo 7, Murcia)