Luis Alcázar: “En las mermadas redacciones, sigue habiendo periodistas vagos y sin inquietudes por mejorar en su profesión”
Luis Alcázar es un personaje controvertido dentro de la difícil idiosincrasia murciana. Él mismo lo sabe, y lo potencia, y le saca el jugo necesario para tener la vida que quiere. Periodista, lector empedernido y heavy hasta la médula (aunque no lo demuestre con su vestimenta; acude a la entrevista en el bar irlandés Fitzpatrick’s, con unos vaqueros, camisa y un jersey de pico con cuadros). Peinado a la perfección y tranquilo a la hora de responder a esta entrevista, no se amilana al hablar del expediente de regulación de empleo que hace unos meses atacó de lleno la redacción de Onda Regional, cadena de radio en la que trabaja. Con una cerveza en la mano va radiografiando Murcia con ojos de cirujano. Hace menos de un mes formó parte, entre otros, de los tíos que molan, una exposición en La Oveja Negra de la fotógrafa Miriam Alegría, y por ahí empezamos (pintas de Murphy’s mediantes).
¿Eres un tío que mola?
No sé si soy un tío que mola o no, pero como le dije a Miriam cuando me lo propuso: sí que sé que hay mucha gente a la que no le molo. Unas me lo confiesan, otras no, pero como tengo una percepción extrasensorial desde hace mucho tiempo, percibo cuando a alguien no le gusto. Creo que no le molo a más gente de la que le molo, pero me da absolutamente igual. Gracias a Dios, tengo 38 años, y todo lo que quería hacer en mi vida, prácticamente, lo he hecho. Paso olímpicamente de gustarle más o menos a la gente. Nunca me han preocupado esas cosas. Soy poco presumido, no suelo presumir de nada, ni de las tías con las que he conseguido estar: tías impresionantes, de las que no he contado nada a mis amigos más íntimos, y serán cosas que se quedarán conmigo para siempre. Así que, si molo o no, queda al criterio de la gente.
Quizás hay que ser presumido para llegar a ser periodista, ¿cómo llegas tú a serlo?
Llego, como mucha otra gente, desde el gusto por la lectura y la escritura, desde la atracción de un medio en concreto, pero que no sabes por donde encauzarlo ni si va a tener alguna utilidad en tu vida. Desde pequeño me gustaba leer y escribir. Es gracioso encontrar textos míos de esa época, en los que me inventaba entrevistas, noticias o trataba de contar informaciones que leía en algunos medios de otra manera. La radio me gustó muchísimo desde la primera vez que pude acostarme con ella. Con 12 o 13 años, o incluso antes, ya me dormía con la radio, con programas, no con música. Buscaba que alguien me contara cosas y se ve que ahí estuvo el origen de mi vocación. Y mira que mis padres intentaron que no me dedicara al periodismo, porque preferían que me dedicara al mundo del Derecho. Probablemente no les faltaba razón, y a la vista está que el periodista es una especie en extinción.
En esto tienes mucha razón. ¿Ves la cosa tan jodida como parece que está?
Yo si tuviera un hijo, que creo que no tengo, haría lo que mis padres hicieron conmigo: recomendarle que no se dedicara a esto, que lo estudiara si quiere, ya que te da un baño cultural, pero que no fuera su prioridad trabajar de periodista. A pesar de que la situación es muy jodida en el sector, en las mermadas redacciones sigue habiendo periodistas vagos, sin inquietudes por mejorar en su profesión, trabajando con lagunas de formación básica muy amplias. Y mientras eso ocurre, hay mucha gente fuera que es válida, con hambre para dedicarse a esto, que no ha podido entrar ni siquiera en una redacción. Asistimos a esa paradoja incluso en estos tiempos en los que ha habido una poda enorme de puestos de trabajos en esta profesión. Me jode mucho, y creo que el futuro que nos espera en los próximos cinco años no es más halagüeño.
Becarios, ERE’s y el futuro del periodismo
Además, parece que no hay un reciclaje. Los becarios, terminar su labor y los medios se nutren de nuevos becarios, con los que van subsistiendo. Yo soy de los que creen que hay que ser becario, por lo menos, una vez en la vida pero, ¿qué te parece que los medios tiren de ellos para poder salir en antena o en papel?
Al fin y al cabo, los medios privados son empresas que persiguen, única y exclusivamente, satisfacer sus intereses económicos, no tiene mayor explicación que esa. Cuando la rentabilidad económica ha caído de la manera en la que lo ha hecho, de una manera tan abismal, los directivos (yo me intentó poner en su lugar), hacen números y no ven otra manera de seguir que esa. Estoy en contra de que un becario tenga que hacer el mismo trabajo que un redactor, sí me parece bien que aprenda el oficio junto a un redactor, e incluso que se le den oportunidades para demostrar que vale para esto. Pero que con un contrato de becario, en realidad estés siendo un redactor que le saque las castañas del fuego o haga el trabajo que no hace el directivo, me parece bochornoso. La situación es desesperanzadora. En mis años en la radio pública, sin embargo, los becarios han hecho trabajo de becarios: se ha sido flexibles con ellos, e incluso se les ha dado oportunidades para que pudieran tener notoriedad.
Hablas de la radio pública. En Onda Regional, donde trabajas, habéis tenido que lidiar con un ERE. ¿Cómo se han vivido esos momentos?
Hemos vivido unos meses, desde que se anunció este expediente, peliagudos, de incertidumbre, de malestar, pero al mismo tiempo, lo que más me ha sorprendido es el comportamiento ejemplar de la plantilla de Onda Regional desde el primer momento hasta el despido. No se ha presionado al consejero de Economía y Hacienda, o al propio Presidente, más allá de reuniones con ellos en los que se les ha intentado explicar por qué un medio como Onda Regional es útil y necesario, y por qué debía mantener la plantilla que tenía en ese momento. Aquí nadie ha dejado de trabajar, nadie ha destrozado material, nadie ha hecho un escrache. La gente que me ha rodeado ha continuado haciendo su trabajo exactamente igual o mejor que antes de que anunciaran el ERE. Eso me ha sorprendido gratamente. Lo comentábamos en los últimos días, lo ejemplar que ha sido la actitud de todos los trabajadores de la cadena. Todos los días vemos recortes y encontramos comportamientos incívicos debido a la situación desesperada, pero nosotros, básicamente, hemos intentado explicarle a los políticos por qué creemos que es necesaria una radio pública autonómica, y a la vista está que no lo hemos conseguido. Estamos en manos de quienes nos gobiernan, al menos en nuestro caso.
Sigues formando parte del Colegio de Periodistas, ¿qué medidas estáis tomando para cambiar la situación de tantos periodistas murcianos en paro?
Ahí, quien está trabajando es Juan Antonio de Heras, el Decano, que es quien desde un principio le ha dado la vuelta en el plano económico al Colegio. La tesorería estaba muerta, corría peligro de viabilidad, de desaparición, y en este tiempo ha solucionado toda la situación jurídica y económica. Un Colegio como el nuestro no puede crear empleo, puede favorecer posibilidades de empleo, pero no crear empleo directamente. A mí no se me ocurre ninguna fórmula en este momento para eso. Hay que tener en cuenta que en el colegio somos, si no recuerdo mal, menos de 300 colegiados. Nos encontramos con que muchos periodistas nos exigen cosas que no podemos hacer, pero lo hacen sin estar colegiados. Colegiarse no cuesta tanto, para una persona que esté en el paro es poquísimo. Estamos intentando ofrecer posibilidades de formación, de interlocución con empresas que necesiten trabajadores, para que acudan al colegio y le den prioridad a los colegiados que estén en el situación de desempleo . Siempre que me encuentro con algún debate en Twitter sobre el Colegio, les recomiendo que acudan al Decano, que es el que lo lleva todo en la cabeza y es el que más sabe de esto. Yo soy un simple vocal de la junta.
Hablas de Twitter. Eres un usuario activo, ¿cuál crees que es el ingrediente que lo hacer tan atractivo para los periodistas?
Recuerdo que me creé la cuenta hace cuatro años y algo. Estaba trabajando en la 7 Región de Murcia y Javier Moñino me comentó que se había creado una cuenta y que llevaba una semana trasteándola. Me hice una cuenta, estuve investigándola durante una semana, y cuando volví a ver a Moñino le dije: no tengo ni idea de para qué sirve esto, no sé el provecho que le puedo sacar, pero sí sé que tiene algo. Vi enseguida que esa red tenía futuro, unas posibilidades que no tenían otras y hemos visto la explosión que ha sufrido en los últimos cuatro años.
¿Qué es eso de #pibonear?
Son veleidades mías. Lo cierto es que Twitter me ha permitido desde encontrar a un murciano que estaba en una parte del mundo cuando en ese lugar había ocurrido una tragedia, hasta ligar, hasta conocer tías…¡Hasta pibonear!
¿De veras has ligado por Twitter?
Y no ligo más porque no quiero, porque no me dedico a tirar tejos por Twitter. Si es verdad que alguna vez no me he podido controlar y lo he hecho. He ligado poco por Twitter. Alguna vez me han buscado a mí y otras las he buscado yo. Sobre todo, he conocido a mucha gente que no habría conocido si no existiera esta herramienta.
La verdad es que Twitter sirve para multitud de cosas…
Yo le empecé a coger el tranquillo a Twitter cuando vi que había periodistas, deportistas, incluso gente de la calle, que tuiteaba cosas antes de que se hicieran oficiales en los medios. Es una utilidad fantástica. Al final, desembocas Twitter en tu profesión.
Has abandonado las #apuestasAlcázar, que hacías cada fin de semana. ¿Qué ha pasado?
Las tengo un poco abandonadas. Nacen de cuando estaba en la televisión, que hacía una sección que se llama las Alcazaradas; una sección muy personal, crítica. Tenía una libertad absoluta, hasta que me sugirieron que no fuera tan cáustico con el Real Murcia, y ya creo que dejamos de hacer esa sección. Luego las empecé a hacer por Twitter. Apostábamos si un jugador iba a ser el mejor del partido o no, si el Real Murcia iba a subir ese año o iba a descender. Al final, incluso apostábamos por Internet, muy poco, algo testimonial. La verdad es que lo pasé muy bien, hasta el punto de que me comprometí a cumplir mis apuestas aceptara o perdiera. Así, tuve que irme a Tenerife, después de que Rubén Rosquete metiera un gol, a por su camiseta (N. del R: Luis apostó a que Rosquete no metería ningún gol la temporada pasada. Lo metió y tuvo que ir a Tenerife a comprar la camiseta de este jugador y a que se la firmara).
Creo que eres de las pocas personas en Murcia que tiene un fake en Twitter…
Curiosamente hoy ( N. Del R: el día de la entrevista, 1 de noviembre de 2013) le he hecho un unfollow, porque lleva sin tuitear desde agosto. Le he mencionado y le he pedido que me avise cuando vuelva a tuitear. Es, o era, el paródico perfecto: talentoso, ingenioso, ácido, educado, y al mismo tiempo daba la impresión de que me conocía mucho. Yo estaba encantado con él. Recuerdo que la primera vez que lo leí no paraba de reírme. Dije: ¡Este tío es buenísimo! Nunca he podido saber quién era, y espero no saberlo nunca. Confío en su reaparición.
Tu fake hablaba mucho de tu faceta como periodista deportivo. ¿Qué futuro le auguras al Murcia este año?
El Murcia, si no se tuerce, si los jugadores no se relajan, no se acomodan, no se pervierten, estará entre los seis primeros al final de temporada.
Y del equipo al jefe: ¿qué te parece la labor de Samper al frente del equipo?
Es un abogado muy astuto, con una capacidad descomunal para trabajar, pero que al mismo tiempo está mal asesorado y es incapaz de darse cuenta de quiénes son cobistas y quiénes no lo son.
Pasión por el heavy
El que te vea por la calle un sábado por la noche lo último que piensa es que eres un heavy convencido.
Yo siempre he dicho que el heavy va por dentro. Al menos en mi caso, nace en EGB, que veía a los mayores y a algún vecino con camisetas negras, con el pelo largo. Todo eso me llamaba la atención. Yo les preguntaba por qué iban así vestidos y ellos me contestaban pasándome cintas de grupos y revistas como la Heavy Rock. Además, fue la época en la que en los edificios se empezaban a instalar las primeras parabólicas, por lo que pinchabas las Sky Channel y la SuperChannel, donde emitían videoclips heavies por la noche. Todo eso me atrajo y desde entonces no he dejado de disfrutar con este tipo de música. A mi me han llamado de todo: heavy-pijo, pijo-raro, pero me da igual. En La Boca del Lobo ya me conocen, pero al principio, cuando me veían entrar, decían: “ya se ha vuelto a equivocar de bar”. Lo mío por el heavy (y especialmente por el hard-rock) es pasión.
¿A qué bares heavys hay que ir en Murcia?
Lamentablemente, creo que no hay tres que destacar. De los auténticos, digo. El número uno es La Boca del Lobo porque es el más auténtico. De vez en cuando también pinchan heavy en la Sala Revolver, que es un bar mí me gusta mucho. Tengo que ir al BlackCadillacs, que me han dicho que ponen también buena música. Y también El Ladrillo, que aunque no siempre pongan heavy, es un buen sitio para tomarse algo.
Creo que en cuanto a grupos de hard-rock en Murcia, no ha habido ninguno como 91 Suite. ¿Eras fan de ellos? ¿Por qué crees que no llegaron a tener un éxito mayor?
Esa pregunta me la he hecho más de una vez. Quizás no llegaron a tener más éxito porque en el momento en el que ellos lanzan sus discos, ese estilo había comenzado a decaer por culpa del grunge y de otros estilos que fastidiaron al heavy y al hard-rock. La eclosión que hubo en el mundo del heavy desde 1985 al 1992 o 1993…Esos siete años fueron espectaculares. Cuando 91 Suite lanza sus discos, en un estilo que había triunfado en ese tiempo, el estilo ya estaba en decadencia en el todo el mundo. Ellos tenían ese estilo. No es fácil triunfar, por muy buenas canciones que hagas o por muy buen músico que seas, cuando hay otros estilos pujantes que se están comiendo el mercado en ese momento. Aún así, a mí me parecía un grupo genial, con unos músicos excepcionales. Iván es un virtuoso de la guitarra, que podría estar tocando en el grupo que fuera, de primer nivel, y Jesús tenía una voz alucinante. Son los misterios de la música, no triunfa siempre, a lo grande, quien de verdad se lo merece. A veces hay que estar en el momento justo, en el sitio adecuado. Si ellos hubieran estado 10 años antes haciendo lo mismo, probablemente habrían estado al mismo nivel en el que estuvieron grupos españoles que llenaban polideportivos y estadios.
Quizás ese estilo de música se ha convertido en minoritario.
Ahora, da pena ver algunos conciertos. Da pena ver la poca gente que acude a ver grupos heavies. Los tiempo cambian, los gustos musicales, por lo que se ve, también, y ojalá vuelvan 91 Suite vuelva alguna vez y cuelguen canciones nuevas en Internet para satisfacer nuestras necesidades, ¡pijo! (sic)
Hablas de tiempos pasados y quiero terminar esta entrevista preguntándote por el Luis Alcázar dentro de 20 años.
No sé si seguiré vivo o no, tampoco me preocupa mucho. Cuando uno tiene la conciencia relajada, tranquila y no le atormentan preocupaciones de comportamiento, vive como yo. Vive con una calma absoluta. Lo que tenga que ser dentro de 20 años, será. No me paro a pensar mucho en ello, más allá de una semana. Me gustaría verme desahogado económicamente para poder satisfacer mis inquietudes hedonistas: dedicarme a leer, a viajar, a ser incluso mecenas de alguien que se lo mereciera, y a seguir ligando. Me gustaría verme soltero, que es mi estado natural. Quiero llegar a tener 58 años y seguir estando soltero, fino, y sin la necesidad de tener que tomar pastillas para que se me levante. Y si no hay más remedio, pues habrá que acudir a los comprimidos, que para eso están. Y de aquí a 20 años seguro que habrán inventado otras muchas cosas (risas). Me gustaría verme vivo y sin dolor físico.
Entrevista: David Cano Fotografías: Lola Salinas Lugar: Fitzpatrick’s bar